La asociación del Camino de Invierno iniciaba el domingo su nueva programa de actividades del 2019 con una misa y ofrenda floral por los 5 socios fallecidos en el año 2018: José Carlos Rodríguez,  Idelfonso Alonso , Trinidad González, María Moreiras y Martina Martínez en la monumental iglesia de San Miguel de Montefurado.  Muy emotivo ha sido el acto  recordando a  nuestros queridos socios.

Previamente los 75 miembros  realizaron un pequeño recorrido por tierras de Quiroga, desde San Martiño a Montefurado siguiendo el curso del río Sil por donde describe hermosos meandros. Inigualables vistas que hasta pudimos contemplar sentados sobre una silla  con losa de pizarra que alguien tuvo la buena ocurrencia para que el caminante disfrute de tan magnífica panorámica. Sobre este antiguo camino, los surcos  de los carros han dejado su huella  impresa en el empedrado que cubría  gran parte del recorrido.

La entrada en Montefurado siempre asombra! El ascenso por una estrecha callejuela con  antiguas casas que muestran  su deterioro y asomando sobre ellas la torre de la monumental iglesia ofrecen una preciosa estampa. Ya ante la monumental iglesia de San Miguel del siglo XVIII destaca el  color rojizo que presenta la piedra debido a la oxidación  del material que contiene impurezas metálicas. La fachada presenta una torre cuadrada dividida en tres cuerpos escalonados terminados en un esbelto chapitel de influencia astorgana y el tejado, al igual que las casas de todo el pueblo, cubierto por pizarra, material abundante en la zona. En el interior destaca el retablo mayor de color dorado,  de estilo rococó salmantino, con la imagen de San Miguel  que lo preside y titular de la parroquia,   realizado entre 1768 y 1805.

El pueblo de Montefurado se asienta sobre los restos de una mina romana que mediante la técnica del ruina-montium a través de canalizaciones por la que hacían pasar el agua a presión derribaban la montaña para extraer el oro  que contenía esta tierra.  Restos de este excavación son las pequeñas “médulas”, como torres rojizas que vemos salpicadas entre los viñedos.  Pero la mayor obra que han dejado los romanos  en este lugar para extraer el rico mineral es el “Túnel de Montefurado”. Una gran obra  de ingeniería  para la época consistente en horadar la rocosa montaña para desviar el curso del agua del río y así poder extraer el mineral sobre el seco y amplio meandro que de forma natural aquí describía.

Son muchos los elementos  para poner en valor a este pueblo que de día a día se deteriora,  sufriendo el abandono de sus  gentes. Actualmente solo quedan uno 7 vecinos y ni un solo servicio público, cuando en los años 60 se contabilizaban unas 8 tiendas, carnicería, peluquería, bares… y  el apeadero del ferrocarril  se podía ver un gran movimiento de gente que acudía desde los pueblos limítrofes, nos contaba y rememoraba una vecina que esporádicamente regresa desde Barcelona donde actualmente reside.

Ya de regreso a Monforte el  numeroso grupo veía un vídeo-memoria de todas las actividades realizadas por la Asociación durante el año 2018, previo a la comida de confraternidad y a la posterior Asamblea General de Socios que tenían convocada.

¡Una intensa jornada¡