La Consellería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Xunta de Galicia creará un área de descanso para los peregrinos en la cumbre del Faro, donde se levanta la ermita de Nosa Señora de O Faro. Este lugar estratégico y mitológico goza del distintivo de LIC (Lugar de Importancia comunitaria)

El proyecto que cuenta con 20.000 euros se enmarca en el programa Red Natura 2000 encargado de conservar y poner en valor el Patrimonio Natural de Galicia.

La cumbre del Monte Faro, donde se levanta la ermita de origen románico es un lugar privilegiado desde donde se puede disfrutar de las mejores vistas para contemplar las estribaciones de las cuatro provincias gallegas, siendo límite de tres de ellas: Lugo, Orense y Pontevedra. A lo largo de la historia se documenta como lugar de consagración de  ritos paganos  y donde se cree que existía una atalaya galaico – romana  por el hallazgo de monedas del Bajo Imperio de la época de Dioclesiano. Desde ella les permitía controlar el paso entre los Conventus Lucensis y Bracarensis

En este punto estratégico se levanta una ermita del siglos XVII,  pero por las obras realizada en el nuevo templo se descubrió que que ha existido otro templo anterior de origen románico, siglo XIII, y que es probable que existiera otro anterior de origen pagano. La actual ermita con planta de cruz latina, está divida en tres tramos separados por cuatro columnas con arcos de medio punto y prebisterio cubierto por una bóveda de cañón.

Las referencias a ésta capilla y a los miles de personas que acudían a los pies de Nosa señora de O Faro se plasman en las cantigas del trovador Xoán de Requeixo (S.XIII) y que los peregrinos pueden leer en los cinco monolitos de granito que rodean la renovada ermita en siglo XVII, cuando se decide derribar la medieval y construir la nueva para acoger a los miles de peregrinos que acudían a sus pies rogando remedio a sus males, sobre todo el 8 de septiembre. La zona que la rodea cuenta, además, con un cruceiro, que aunque no es antiguo ofrece una bella estampa de la crucifixión de Cristo y por las esculturas que rodean su columna y capitel.

Si bello es el entorno de la ermita, no lo es menos el corto camino que desde la carretera conduce a ella. Es el llamado “Camino de la Virgen”, flanqueado por las 14 cruces que componen el Vía Crucis y por donde miles de personas, a lo largo de la historia, ascendían, incluso de rodillas sobre un manto verde de hierba que nunca se seca y del que  siempre sobresalen algunas violetas.

Con el proyecto que se plantea desde Medio Ambiente el espacio se enriquecerá con mesas, bancos de piedra y un panel interpretativo del Camino de Inverno, se procederá a enmarcarlo con una vaya y a plantar carballos (robles) y vides. Además, también acondicionarán la fuente milenaria y “milagreira” que se encuentra a escasos metros detrás de la ermita.

Mucho nos alegra este proyecto del que todos podrán disfrutar y del que llevarán un buen recuerdo los peregrinos. Sin duda, esta es una buena manera de poner en valor un punto de referencia del Camino de Invierno cargado de mucha historia.